Hay palabras que seducen y acarician, palabras que juzgan y condenan, palabras que iluminan y perdonan, palabras que indignan y enardecen, palabras de amor y palabras de odio, palabras que ayudan y fortalecen, palabras de consuelo, palabras que son la savia de ideas y la sustancia fundamental de nuestra concepción del mundo y de la vida que en él se manifiesta.
Con ella construimos letra a letra con nuestra memoria e imaginamos percepciones, dibujamos imágenes mentales de ahora y del devenir.
Con palabras logramos labrar la coyuntura del servir con empatía.
Conlleva ardua dedicación a la lectura, pasión por imbuirse en libros conocidos y desconocidos para saber coadunar palabras que, aunque no sean noveles, nos sirvan de pilares de construcción de narrativas con sentido.
En la lectura se comienza la gran aventura de la cimentación de palabras, el puente del entendimiento humano.
Disfrutaremos mayor la vida con un libro al lado y compañía afín.
Nada mas justo.
Pardo